Amado y bienaventurado símbolo del amor divino del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, tú que eres la señal de vida entre los hombres del Señor, en esta oportunidad vengo a ti, postrada de rodillas, para que me ayudes a abrir el corazón de mi hombre amado a tu camino, a tu verdad y a tu vida, como siempre nos has enseñado.
Él se ha alejado de tu camino, pero sé que en el fondo aún es fiel a tus mandatos. Como hijo de Dios te aceptará y la humildad entrará en su alma, para dejar esa rebeldía que no le hace bien ni a él ni a sus seres queridos.
lunes, 12 de febrero de 2018
Oración para endulzamiento
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